El poder de la palabra




Cuando estaba a mitad de la carrera de Psicología, en un exámen había una pregunta que me dejó perpleja: "Explique el poder de la palabra y sus alcances"...definitivamente la palabra tiene un enorme poder.

Voy a tomar sólo algunos puntos de vista, pero esta pregunta puede augurar una infinidad de respuestas. La
palabra, desde lo social, nos constituye; las reglas y los mandatos sociales son nombrados por padres y tutores, dictaminados, sugeridos, impuestos, aconsejados...y son incorporados al sistema de valores que de ahí en más nos imprime un juicio que determina, el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto; ya no somos libres en la elección, ha sido cuartada por la palabra, a tal punto, que ni siquiera necesitamos un Otro que nos lo diga, retumba en el mundo de las ideas y nos comanda, "creyendo" que eso es una guía. Si eso no es poder de la palabra...qué es..?

Aprendemos a ver el mundo, a conocerlo, a través de la palabra. Para aprender a pedir agua, necesitamos aprender primero la palabra agua, y necesitamos un Otro que sea el dador, tanto de la palabra, como del agua, como además, de un plus añadido a esa agua que cubre la necesidad básica fisiológica, el amor; agua más amor es en éstos términos cuidado que viene de un otro y que nos hace indefensos, inconclusos y dependientes en un punto. Habrá que aprender luego, qué implican estas palabras y cómo nos relacionamos con los otros y con el mundo, para entender que no somos, en esencia, ni indefensos, ni inconclusos ni dependientes sino más que por las palabras.
Obviamente, ese amor también se transmite mediante la palabra, y por suerte, muchas veces por otros lenguajes no verbales, que van desde la mirada, la atención, la caricia, el abrazo...es una buena noticia.

Y finalmente, el poder de la palabra desde la intención, la oración y la plegaria. Si se quiere, la palabra en este sentido, desprovista de toda maliciosidad y premeditación especulativa. La palabra aquí en toda su expresión de súplica benévola, que sabe de la esencia verdadera del Ser, que entrega la beatitud a quien lo solicita sin juicio ni selección, a todos por igual, la real justicia. El que pide, limpio de alma y corazón, tiene lo que merece por ser parte del todo, por ser el todo en su justa medida, en su sabia vivencia espiritual, en su cadencia que se deja ser, que no es tocada, maltratada o manipulada por la palabra instigadora, incriminadora, ofensiva.

El poder de la oración, es una instancia que no es muy atendida ni conocida, y es algo que sería bueno ejercitar para incorporarlo a nuestras vidas. La ley de atracción (film "El Secreto") y el efecto de las palabras en el agua (Dr. Emoto), hablan de éste poder que tenemos sobre los pensamientos. El pensamiento y la palabra son las caras de una moneda, a nivel cognitivo son inseparables, y si experimentamos lo que podemos generar con la intención, con la palabra que imprime en el pensamiento y en las emociones determinados efectos, sabríamos que tenemos en las manos una herramienta infinitamente valorable.


Video sobre el efecto del pensamiento en el agua:

http://www.youtube.com/watch?v=FvzTNhVb9Y4

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno... como siempre!
besos
martina