DesapEgo



Se cree que el ego está asociado a la idea de una buena imagen de sí. En la ilusión de creer que "soy eso", me puedo apoyar en la imagen física, intelectual, profesional, en un rol, da igual, todos son espejismos que simulan el verdadero Ser. Mi identidad queda construída en base a estas frágiles ilusiones, la mentira conveniente empieza a incomodar cuando algo exterior lo pone en riesgo, mi yo corre peligro de desmoronamiento.

También están quienes anhelan la rectitud y para ello encuentran una paz artificial suprimiendo toda actitud egocéntrica o soberbia, creyendo que así no están cayendo en las garras del ego. Confunden así una humildad forzada e impuesta, enmascarando un ego tras otra máscara de inhibición. Son seres que no conocen su poder personal, lo derivan a otros a quienes decretan como los verdaderos líderes o viven en la queja por sus carencias. Sean sometidos, veneradores o fanáticos, de cualquier forma están desconociendo su Ser por temor a encarnarlo. La falsa modestia tanto como el dolor ante un rechazo, hablan de algo así como un "no-ego". El inseguro, que está en búsqueda de aprobación por otros, que quiere ser elegido, ser tenido en cuenta, vive en el ego
tanto como el que se cree superior y cae en el orgullo o la vanidad. De un lado o del otro, se está en el ego, por defecto o por exceso.

El desapego al ego es el camino del medio, no es ni lo uno ni lo otro y es ambos a la vez. Las palabras no logran tocar esta verdad. No es necesario prescindir del ego, como muchos malentienden, sino sólo no estar apegado a esa imagen.

El hombre recto que está en el camino, es atravesado en su cotidaneidad por lo verdadero sin buscarlo, es sorprendido por la verdad que penetra en su ser inadvertidamente, como los rayos del sol de cada mañana. Se deja tocar por el Yo Soy, el verdadero maestro es quien mora en mi interior, y ésta es la mayor fortaleza.